Una vida por otra
La anciana miraba al horizonte dispuesta a tomar una taza de cafe. Pensaba en todo lo experimentado durante su vida... Postrada en cama, ¿Qué más podía hacer? Respiro profundo y con calma lo miro a los ojos, y finalmente le dijo.
--- Es momento, hazlo ya!- Gabriel subió corriendo al cuarto, no entendía a aquella anciana, pero le prometió que lo haría. Hizo las maniobras necesarias, los engranajes se movieron y finalmente ella cerro sus ojos.
Volvió con el sudor de una carrera eterna. No lograba entender el milagro de aquel acto. Su hijo se levantó del cuarto, y como todo un renovado le dio un abrazo. Una vida por otra. Ese fue su acuerdo, y ahora él se hallaba agradecido de que se hubiera cumplido.
Se deshizo del cuerpo y lograría ver a su pequeño chiquillo crecer. ¿Quien rayos fue esa anciana? Ahora ya nunca lo sabría. Abrió la puerta y su hijo se encontraba ahí, pero con una nueva vida por delante. Abandonaron aquella casa, dejando que el flujo del tiempo hiciera todo el trabajo.
Caminando por días llegaron al auto. El chico miro al cielo listo para iniciar de nuevo. Ahora su vida significaba algo.
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