ALCANCÍA
Nueva regla en la casa. Por cada día una moneda. Al menos esa fue la idea de mi esposa al momento de recaudar dinero extra... No encontré oposición sobre el plan, y finalmente así lo hicimos. Ni siquiera era algo muy sofisticado, un simple frasco de cristal, pero quien diría que algo tan insignificante se volvería en un ritual matutino en nuestras vidas... Siempre, y no exagero cuando digo que siempre que el frasco estaba lleno una desgracia nos caía.
Se pincha un neumático, rompemos la alcancía. Un árbol cae y destruye el techo, rompemos la alcancía. Que se me rompe la pierna, rompemos... Bueno ya te haces a la idea. Era como un maldito deja vu. Siempre que veíamos nuestro frasco lleno sabíamos que algo pronto iba a pasar... Años pasaron hasta que la tan ansiada vejez nos alcanzó... Aun con esa costumbre perpetua del frasco de monedas, cuando se volvió a llenar la desgracia ocurrió, creía ya que nada me sorprenderia, pero obviamente estaba equivocado...
Una muerte ocurre todos los días, pero cuando compartes todo tu tiempo con una persona, esa muerte se vuelva una puñalada... Al poco tiempo mi esposa enfermo... ¿Y que crees que hicimos? Así es, rompimos la maldita alcancía. Pero ahora no era con el afán de arreglar un problema, simplemente para intentar minimizar el daño. No había un arreglo a lo que ella tenia... Y finalmente, luego de una vida de aventuras su agotado corazón de 67 años no aguanto más... Nos despedimos entre llantos, pero en paz sabiendo que la espera no sería larga... Hace meses ya de eso, y aquí me encuentro pues, con el mismo ritual que empezamos hace años, contando las monedas para que cuando se llene pueda volver a reunirme con ella...
Comentarios
Publicar un comentario