HERMANOS DE SANGRE
Ya llegados a nuestro años adolescentes, no podíamos evitar recordar esta experiencia, pues nuestro padre la seguía manteniendo, solo que la fijación había cambiado de sujetos. Una vez llegados nuestros otros dos hermanos, finalmente inicio su método de educación, si bien no lo podía hacer con frecuencia, por el buen carácter que ellos mantenían, finalmente, en una de las noche salto nuestra oportunidad. Una vez los tres encerrados, lo planeamos todo para que nadie se opusiera. Habíamos drogado a nuestro padre, por lo que fue fácil sacarlo a rastras de su cama, y a mi madre, simplemente le dimos un golpe certero en la cabeza, al descubrirnos husmeando a horas profundas de la noche. Una vez llegados al lugar donde se guardaban las jaulas, mi hermano decidió sacar el cuchillo que tan placidamente habíamos escojido, y se ensaño en contra del más pequeño de nuestros hermanos. Los otros dos, solo podían ver horrorizados la escena, viendo el frenesí tal de aquel que habían considerado su familia al momento de apuñalarle el pecho al otro...
Finalmente, al cabo de un buen tiempo le dije que se detuviera, la siguiente era mía... Y procuraría disfrutarlo...
En una escena así, oímos gritos que jamas en nuestra vida se volverán a repetir, pero hay uno que no podre olvidar jamas. El grito profundo de mi madre, mientras me veía acuchillar los ojos de mi hermana...
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